Educación Secundaria

La oportunidad de acompañar en una etapa clave

Escenario actual

En 1996, El informe Delors a la UNESCO “La educación encierra un tesoro” ya advertía: “Las escuelas de secundaria son el objetivo de una crítica considerable, y provocan una cantidad considerable de frustración». Cuando se trata de familias con hijas e hijos de altas capacidades, a veces parece que leyéramos a la puerta de la Secundaria lo que estaba escrito en la del infierno de Dante: «Abandona toda esperanza».

La rigidez que define nuestro sistema educativo se hace todavía más inflexible en esta nueva etapa: más asignaturas y menos oportunidades para la interdisciplinariedad, incremento del número de profesores, con menos tiempo para el acompañamiento y una menor formación pedagógica, un currículum más amplio donde competencias y contenidos factuales, así como sus correlativos criterios de evaluación, tienden a estar totalmente mezclados.

Nuestras leyes (tanto la LOMLOE como la anterior LOMCE) indican qué se ha de hacer, aunque raramente se haga. Proyectos autónomos de centro, que los conviertan en motores de la transformación social, basados en un aprendizaje competencial con una mirada humanista, a través de un proceso activo y multidisciplinar, desde una programación inclusiva y flexible, que conduzca a un certificado eminentemente competencial. Por eso, en vez de entendernos como alternativa o como modelo no previsto por la ley, consideramos que simplemente estamos desplegando lo que en el espíritu de la ley siempre está pero casi nunca se hace.

Punto de partida

Nuestras hijas e hijos, nuestro alumnado, viven una etapa crucial en sus vidas, y queremos acompañarles para que cuando salgan de nuestro centro sean personas:

Armónicas

En la adolescencia se unen el deseo de afirmación individual y el deseo de pertenencia. Estructuras de diálogo libre y debate estructurado; comisiones de trabajo en la vida del centro con libertad decisoria; espacios de libertad para sus iniciativas; llamadas al compromiso con otras realidades. A través de ello queremos acompañar a estas personas en esta bullente y preciosa etapa.

Hondas

Personas que saben cuáles son sus necesidades intelectuales y afectivas. Es a esta edad cuando el comprender se vuelve una poderosa herramienta del amar, del acoger. Comprenderse a una misma, a uno mismo, en una etapa de grandes cambios; comprender que nuestras opiniones y conceptos muchas veces están marcados por nuestro origen, y que de ahí y de nuestra libertad brota una bella diversidad.

Audaces

La mejor comprensión del término autonomía no nos conduce al individualismo, sino a la capacidad de un compromiso propio y compartido con una realidad que te necesita. La personalización del aprendizaje y la vinculación de este al contexto real, junto al acompañamiento prolongado y la experiencia de la participación, generan jóvenes sin miedo, valientes.

Programa Escolar

Nos ofrecemos a colaborar con todo centro educativo con el que compartamos una visión de fondo (humanismo, inclusión, doble mirada al alumnado y a la evidencia científica) y que quiera implantar el modelo de Domenchina de desarrollo del talento especialmente acogedor de las altas capacidades, como programa escolar en su etapa de Secundaria. Desde la sabiduría que todo centro acumula en el camino recorrido, tendremos que preguntarnos acerca de y diseñar de manera conjunta:

La LOMLOE reconoce la posibilidad de proyectos educativos basados en la innovación. ¿Cómo instaurar un programa específico dentro de una etapa obligatoria? ¿Qué ha de ser exclusivo de ese programa y qué puede revertir en toda la Secundaria? En cuanto a la participación en ese programa, ¿conviene plantear un acceso, como propone Javier Tourón, voluntario desde la alta capacidad, o la alta motivación, o el alto rendimiento? ¿Cómo atender a colectivos infradiagnosticados (alumnas, personas pertenecientes a culturas minoritarias)?