Frontera
En los lugares de frontera socioeconómica en que hemos trabajado hemos vivido que el instituto puede ser un cálido espacio de acogida o una fría burocracia. En el trabajo con quienes se salen de la media en capacidad, de una u otra manera, hemos comprobado que la flexibilidad y la atención a la situación personal ayuda a cualquiera.
Como dice Carlos Thiebaut comentando la obra “El chico de la última fila”, portamos el saber central de los márgenes, y los proponemos como el centro del centro: ser valientes en nuestras propuestas educativas, no asumir recetas que no vayan a valer a esa persona concreta, asumir el papel central de nuestra tarea educativa con cada una de nuestras alumnas y alumnos.