Pippi Calzaslargas

I

nauguramos esta sección de las altas capacidades en la ficción con un personaje estrella: Pippi Calzaslargas. ¿Por qué? Sugiere muchos rasgos presentes en estas personas, y representa el sueño de libertad y felicidad al que, aun siendo imposible, aspiramos. Recomiendo el libro, aunque el capítulo del que voy a hablar, («Pippi en el colegio», en el libro; «Pippi y las primeras nieves» en la serie), es también excelente en esta última. Nos centramos en el breve día que pasa Pippi en la escuela y veremos que, como les pasa a tantas alumnas y alumnos:

Su lógica alternativa no tiene cabida:

“Empecemos por la aritmética- dijo la profesora-. ¿Puedes decirme cuántos son siete y cinco?

Pippi se quedó sorprendida y contrariada a la vez. Al fin contestó:

—Si tú no lo sabes, no esperes que te lo diga yo. […]

-Siete y cinco son doce.

—¡Ah! —exclamó Pippi—. ¿Conque lo sabías? Entonces, ¿por qué me lo has preguntado? […]

—Ahora dime: ¿cuántos te parece que son ocho y cuatro?

—Pues… alrededor de sesenta y siete.

—No —rectificó la profesora—; ocho y cuatro son doce.

—¡Eh, eh, buena mujer! ¡Esto ya es demasiado! Usted misma ha dicho hace un momento que doce eran siete y cinco, y no ocho y cuatro. Hay que tener un poco de formalidad, y más aún en una escuela.

-Sus propuestas, fascinantes, están fuera de lugar:

 “—¡Pero, Pippi! —exclamó la profesora, empezando a perder la paciencia—. ¿Por qué no dibujas en el papel? 

—Hace tiempo que no dibujo en papeles. No hay espacio para mi caballo en esa mísera hoja. Ahora estoy dibujando las patas delanteras; cuando dibuje la cola seguramente llegaré al pasillo.”



Imagen tomada de http://didolapidolalij.blogspot.com/2020/11/pippi-vuelve-al-cole.html

Buscan una significatividad real que no se da en lo estandarizado:

“—Y ahora, Annika, este problema para ti: Gustavo fue de excursión con todos los alumnos de su colegio; al salir tenía once monedas de diez céntimos, y al regresar, siete. ¿Cuántas monedas había gastado?

—También a mí me gustaría saberlo —dijo Pippi—. Además, quisiera saber por qué era tan despilfarrador, y si se gastó el dinero en cerveza, y si se había lavado las orejas por detrás antes de salir de casa.”

Sólo piensan en las vacaciones: 

“—No sabéis lo bien que se está en los colegios argentinos —dijo Pippi con aire de superioridad a los niños que la rodeaban—. Me gustaría que los vierais. Allí empiezan las vacaciones de Pascua tres días después de terminarse las vacaciones de Navidad, y acaban exactamente antes de empezar las vacaciones de verano. Y estas vacaciones terminan el primer día de noviembre”

-Corren el riesgo de quedarse fuera de ella, convertirse en personas disruptivas…

No saben qué están haciendo mal :

“La profesora dijo que sí estaba disgustada; que Pippi no quería portarse bien, y que a ninguna niña que se portase tan mal como ella se le permitiría entrar en la escuela, por mucho que lo deseara. 

—¿Me he portado mal? —dijo Pippi, extrañada—. Pues no me he dado cuenta —añadió tristemente.”

El problema no es personal: la maestra la mira con cariño, Pippi no puede dejar de ser Pippi. El problema es de estructura, de flexibilidad, de capacidad de acogida.