Semilla
Queremos coger “al peso” la tarea educativa. Arriesgarnos, y ofrecer una educación honda, que se adentre en un autoconocimiento veraz, en la trascendencia de la relación con las otras personas, en las siempre vigentes preguntas últimas.
El alumnado adolescente (de diversas culturas) tiene hambre de entrar a las cuestiones de fondo: el sentido de sus vidas, su carácter compartido o individual, la muerte, la existencia o inexistencia de un más allá, la justicia y el problema del mal. Asimismo, resulta imprescindible acompañar a este generación en hábitos como el silencio interior, el reconocimiento de la trascendencia del otro, el compromiso, el respeto profundo. En concreto, las personas de altas capacidades presentan una precoz sensibilidad e intuición hacia estos temas, y una especial necesidad de ser acompañadas/os en esos hábitos.